jueves, 23 de diciembre de 2010

Una buena metanegociación para el pacto social


Llamo metanegociación a la conjunción de diversas variables que hacen a las reglas del juego con las cuales se va a negociar.

De acuerdo a la índole de la negociación en sí, el método a ser aplicado para resolver conflictos, la utilización del espacio, del tiempo, la información y otras variables clásicas pueden ser determinantes de un buen acuerdo.

La metanegociación es una negociación acerca de cómo se va a negociar; esto es constituye una negociación en sí misma.

Esto significa que en la metanegociación debe existir un acuerdo de los jugadores o participantes de la negociación, previo a la negociación propiamente dicha.

Un buen ejemplo de metanegociación es cerrar un acuerdo para que intervenga un mediador neutral, o un árbitro.

Respecto a lo que está sucediendo respecto del llamado “pacto social” y como se vapulea el concepto de metanegociación, véase el siguiente extracto publicado en Internet por Momento 24

Es fácil advertir a un Moyano agrandado, quien cuenta como “mediador” al propio gobierno en la figura de De Vido:

Ciudad de Buenos Aires, 22 de diciembre de 2010
En el día de hoy, distintos sindicatos se reunieron junto con al Unión Industrial Argentina para debatir el Pacto Social dictado por el Gobierno Nacional. Hugo Moyano, titular de la CGT, dijo que en las negociaciones “no habrá ni piso ni techo”.
En el encuentro participaron la UIA, la CGT, la Unión Obrera Metalúrgica, el gremio de los taxistas, el de Obras Sanitarias y la UPCN.
Al ingresar a la sede de la CGT, donde sucedió la reunión, Moyano dijo: “Sería una irresponsabilidad si yo diría 30 o 20% de aumento. Hemos demostrado que somos responsables en la discusión. Los precios no los marcan los trabajadores, cuando discutamos salarios los discutimos porque aumentaron los precios. No vamos a hablar de piso ni de techos. Cada gremio tendrá que discutirlo”.
Asimismo, Antonio Caló, titular de la UOM, dijo que “cuando hay bloqueos o desbordes sindicales es porque hay desbordes empresariales. Cuando hay protestas es porque hay falta de cumplimientos. Acá no hay pedidos que se salgan de los carriles normales”.
El secretario General del gremio metalúrgico agregó que “el problema es que hay mucho consumo y las empresas no están capacitadas para producir todo lo que se demanda. Eso es lo que hay que corregir en Argentina”, al referirse a la inflación.
“Nos vamos a poner de acuerdo hablando. Es agenda abierta, vamos a hablar de todo. Ojalá podamos llegar a un pacto social”, finalizó Caló.
Tras el fin de la reunión, Moyano dijo: “Antes de fin de año podemos tener alguna otra reunión. El objetivo está planteado, es llegar a un acuerdo. Hay que implementarlo para poner los temas que debemos tratar”. El representante del Gobierno Nacional sería Julio De Vido.
El líder camionero dijo que no se habló de porcentajes “porque todavía no empezamos a discutir”. “El alcance va a ser lo más amplio posible, pero todavía no va a haber una agenda. No podemos hablar de porcentajes porque todavía no empezamos a discutir. Eso es para después”, agregó.
¿Cómo creen que terminará esto? La respuesta no nos hará esperar mucho.
Los que seguimos esperando un verdadero Pacto Social somos los argentinos.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La Negociación en el tejido social intermedio


Con tantos dislates y disparates con que nos sobresaltan a diario los funcionarios mediáticos en la Argentina, algunas palabras que designan realidades profundas e importantes para cualquier nación, van siendo relegadas al olvido de la mass media, y por ende, de la agenda de los consumidores de información.

Uno de estos conceptos es el de “tejido social intermedio”. Este puede definirse como el conjunto de relaciones, grupos, instituciones y organizaciones en cuyo espacio concreto se encuentra enmarcado y se desarrolla un individuo.

El tejido social consigue articular los servicios educativos, recreativos, culturales y de economía social de los centros, a las necesidades y demandas reales de las personas, pues se trata de un modelo de abajo arriba en el que los ciudadanos proponen y dan forma a sus propias iniciativas.

Estas iniciativas frecuentemente adoptan las formas societarias de Asociaciones, Fundaciones o Cooperativas, y las hay de todo tipo, pues las mismas se pueden focalizar en una realidad concreta, en una carencia o en una ventaja competitiva de la propia comunidad.

Una de las ventajas competitivas nacionales -no como erróneamente se piensa en el gobierno como propias- el famoso “viento de cola” que empuja y motoriza gran parte de la economía real, es el resurgimiento de la Argentina como productora de alimentos y por ende, exportadora de agua, proteínas, etc.

Si bien el gobierno tiene sus propios organismos, es en definitiva el tejido social intermedio el que se organiza efectivamente y fomenta sus actividades.

Quizás Usted, que me está leyendo, no conozca la existencia del INAI, que no es El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (I.N.A.I), creado por la Ley Nº 23.302, organismo gubernamental, sino la Fundación Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales.

Creado en 1999, uno de sus objetivos primordiales es “Fortalecer la capacidad negociadora argentina para mejorar su inserción internacional”.

Los invito a visitar su sitio, en el siguiente vínculo:


Si no puede visualizar el hiper-enlace, copie en su explorador:


¡Qué bueno es saber que el tejido social intermedio está vivo y no dependemos de los gobernantes de turno!
¡Sigamos construyendo la Argentina desde abajo hacia arriba!



sábado, 13 de noviembre de 2010

Un fracaso alentador

A pesar de los desacuerdos, al mundo le interesa que el G-20 siga existiendo

WEI GU

NEGOCIOS - 14-11-2010
Estados Unidos llegaba a Seúl esta semana pareciendo el malo de la película. Al poco tiempo, era una inflexible China la que se veía atacada. El G-20 no ha avanzado mucho en temas como los desequilibrios comerciales y las monedas mal alineadas, pero ese no es motivo para no volver a intentarlo. Ambas superpotencias, especialmente China, se benefician del incómodo escrutinio que se genera.

Sigue teniendo sentido que los 20 países más grandes se reúnan. El G-7 solía ponerse de acuerdo más a menudo, pero no incluía a las economías emergentes, que representan el 80% de la población mundial. El otro foro de debate multilateral importante, el Fondo Monetario Internacional (FMI), sigue sin contar con la confianza de algunos países asiáticos por su muy condicional apoyo tras la crisis de 1997.

Es verdad que los distanciamientos ideológicos no pueden superarse en 24 horas. Fijémonos en la política exterior: a Estados Unidos le gusta dar consejos a otros países. Pero China aborrece que se crea que se doblega ante los extranjeros. Los dirigentes chinos son ingenieros taciturnos que carecen de las dotes de persuasión necesarias para deslumbrar en el escenario mundial (a diferencia del presidente estadounidense, Barack Obama, un ex abogado experto en retórica).

Pero China sí que responde a las presiones del G-20, aunque sus políticos digan lo contrario. Dos días antes de la reunión de Seúl, permitía que el yuan se revalorizase más que en ningún otro momento desde 2005, dando su brazo a torcer ante la principal crítica hecha por otros países del G-20. De forma análoga, en junio ponía fin inesperadamente a su paridad cambiaria con el dólar, unos días antes de la cumbre del G-20 en Toronto. Pekín odia que le amenacen, pero no quiere quedarse aislado.

Donde puede que le vaya mejor al G-20 es en su función de campo de entrenamiento para China en su papel de superpotencia emergente. Hay mucho que aprender. Mientras que la Administración estadounidense mantuvo numerosas reuniones informativas en Seúl, China celebró una única conferencia de prensa más bien tensa. Y mientras los ayudantes de Obama elogiaban las conversaciones con los chinos calificándolas de esperanzadoras, el presidente Hu refunfuñaba por la falta de políticas responsables de los emisores de moneda de reserva.

Los escépticos sostienen que el G-20 es en realidad un G-2. Es posible, pero por ahora sigue siendo el único sitio donde los dos países que generan grandes desequilibrios deben reunirse en igualdad de condiciones con los países que sufren por culpa de ellos. Y aunque eso solamente sirva para exponer a las economías en auge a un debate abierto y a la diplomacia de las superpotencias, al mundo le interesa que la cumbre siga celebrándose. -

jueves, 11 de noviembre de 2010

MÁS COMPROMISOS QUE ACUERDOS EN LA CUMBRE DEL G-20

SEUL, 11 (ANSA)- "La cumbre del Grupo de los 20, que comenzó hoy en Seúl, se perfila hacia un mero compromiso y no a un acuerdo sobre los desequilibrios comerciales y la denominada "guerra de monedas", debido a la falta de avances en el diálogo bilateral Estados Unidos-China, que encabezan el debate.
    No obstante, según fuentes diplomáticas en Seúl, es posible que de la cumbre surja aprobación a las nuevas reglas financieras puestas a punto por el Consejo de Estabilidad Financiera, que preside el titular del Banco de Italia, Mario Draghi.
    Según las fuentes, el tema de los desequilibrios comerciales parece destinado a una postergación, con un mandato para que los ministros de Finanzas definan las guías del debate en el seno del G-20, integrado por el G7 (industrializados), la Unión Europea y naciones en desarrollo como China, India y Brasil.
    Sobre la "guerra de monedas", no parece que la declaración final pueda ir más allá de lo que el mismo G20 resolvió en octubre pasado, en cuanto a no aplicar devaluaciones extremas y confiar más en el juego del "libre mercado".
    Tras la crisis iniciada en 2008 con las hipotecas impagas en Estados Unidos, el mundo vive una recuperación despareja, en el marco de ajustes fiscales en algunos países y salvatajes al sistema financiero global. Todos los países quieren vender pero a su vez no quieren comprar, en un juego de "devaluaciones competitivas" para favorecer las exportaciones.
    Luego de la cena de apertura de los jefes de estado y de gobierno, celebrada hoy por la noche, los coordinadores de cada país volvieron a las tratativas, aunque con la sensación de que varias cuestiones pasarán a Francia, que asumirá la presidencia temporal del G20 en esta cumbre de Seúl."

A primera vista pareciera que el mundo se encuentra en una típica y sencilla opción negociadora: cooperar o ganar-perder. También podría pensarse que el único camino posible para que el mundo no se encamine -como lo predijo esta semana el saliente presidente Lula da Silva- a una quiebra general, es la cooperación.
Sin embargo, la economía y la política internacional, no son susceptibles de un análisis sencillo. Existen muchos factores, circunstancias y bloques que impiden una real cooperación. En este breve post solamente listaremos diez de ellos. Cada uno merecería un análisis especial como factor de negociación antes de reunirlos en un escenario único:

1.       La Hegemonía de la República Imperial, puesta en la picota
2.       La Unión Europea y sus permanentes desequilibrios, no solamente económicos
3.       Los BRIC (países emergentes: Brasil, Rusia, India y China) que con esa sigla que nos recuerda a un ladrillo inglés, desean destronar la hegemonía de los número uno y dos.
4.       El Islam, mirado como una amenaza geopolítica fundada en una teocracia, que ya es potencia nuclear (en cuanto al armamento nuclear, igual que Israel, aunque esto sea un secreto a voces).
5.       Los problemas de los países exportadores e importadores de materia prima, agua (aún aquella transportada y disimulada en alimentos), mano de obra y tecnología, cada cual con  necesidades distintas, no siempre complementarias.
6.       El capital internacional, que sigue fingiendo que el dinero no es estéril y lo sigue “reproduciendo” esquemáticamente en base al cobro de  tasas de interés y otros viejos mecanismos.
7.       El problema de cómo conseguir “buenos riesgos” para permitir a su vez invertir el nuevo capital “empollado” por el interés y recomenzar el ciclo; intereses de intereses.
8.       La servidumbre que impone a países, grupos e individuos el interés del dinero y la imposibilidad de la mayoría de sacudirse tal yugo, instrumentado de mil maneras: desde la formación de una cultura materialista y consumista al combate sistemático de los verdaderos valores de la humanidad.
9.       Los acuerdos realizados en la sombra para mantener el statu quo que hace posible el orden mundial plasmado en el viejo adagio: “remember the golden rule: who has the gold, makes de rules”.
10.   Otros grupos de gran influencia internacional, que el gran público, influido por la mass media, los contempla como parte del folclore de noticias y ya casi no toma en serio su existencia, ya se llamen Bilderbergers, Sionismo, Masonería, Petroleros, Productores de oro,  o cualquier otra forma de concitar voluntades de minorías poderosas,  que además de auto protegerse, buscan una mayor cuota de poder en el escenario mundial.

lunes, 18 de octubre de 2010

La Argentina en la encrucijada de los negocios globales

A pesar de que la Argentina en muchos aspectos se encuentra virtualmente aislada, el impacto de los negocios internacionales en los mercados internos igualmente nos obliga a formularnos  la pregunta: "¿cómo podemos sobrevivir en un entorno global, y qué podemos hacer para que nuestros negocios funcionen con más eficacia?" Hoy en día, los negocios de todos los tamaños buscan proveedores y  clientes en todo el mundo. La competencia internacional, los clientes extranjeros y los proveedores pueden constituir un peligro, pero también pueden contribuir a crear oportunidades enormes para desarrollar nuestro negocio.
Un ambiente de negocios global requiere de los gerentes la habilidad de acercarse al proceso de negociación desde el punto de vista cultural de la persona involucrada en el posible acuerdo. Este acercamiento incluye aspectos que generalmente son menos importantes en negociaciones domésticas.
Algunos de los componentes de un proceso intercultural de  negociación son más complejos y difíciles de entender y considerar que los de una negociación ordinaria, pero seguramente nos darán la posibilidad de aumentar nuestro éxito en los negocios.

Para hacer negocios internacionalmente, entre otros factores necesitamos considerar:

  1. El marco de referencia de la negociación.
  2. Diferencias culturales y matices subculturales
  3. La barrera del lenguaje
  4. Diferencias ideológicas y religiosas
  5. Las leyes y la burocracia extranjera
  6. Características de los gobiernos y las preferencias de las personas de otros países
  7. Inseguridad financiera respecto a las fluctuaciones de la economía mundial y local, tan en boga en estos momentos.
  8. Inestabilidad política y económica: huelgas, ajustes, problemas étnicos, desempleo.

Sin embargo, las principales cuestiones acerca de una negociación siguen vigentes, esperando de nuestra habilidad para descubrirlas:

  •   ¿Cómo vemos la relación con la otra parte? ¿Se plantea como de corto o largo plazo?
  •   ¿Cuáles son nuestros intereses y los del otro?
  •  ¿Cuál es la información disponible?
  •   ¿Cuál es el fundamento del poder de cada parte? ¿qué voy a hacer si no llego a un acuerdo?
  •  ¿Como voy a negociar: en forma cooperativa, adversarial o emplearé la “coopetición”?

Una adecuada manera de preparar a nuestros gerentes para hacer frente a estos desafíos es mediante la participación en una Clínica de Negociación® especialmente diseñada para aprender de manera práctica y realista, sin incurrir en los costos perdidos que significan cometer errores concretos en negocios reales.

domingo, 10 de octubre de 2010

El Terrorismo intelectual, o como no negociar nada.


Algunos filósofos griegos de la antigüedad sostenían que un hombre inteligente forzosamente debería ser un hombre bueno, pues está en la naturaleza humana buscar el bien y evitar el mal. Por supuesto, su equívoco razonamiento se pone en evidencia fácilmente si nos preguntamos ¿el bien o el mal de quién o de quiénes? 
En las siguientes líneas comentaré acerca de las antípodas de la negociación como método habitual de gobernar en democracia: El Terrorismo intelectual. 
Cada vez más, de parte de gobernantes, funcionarios y legisladores se puede advertir con mayor intensidad, frecuencia e impunidad el ejercicio del Terrorismo intelectual, como método efectivo para manejar (no resolver) conflictos. 
¿En qué consiste el Terrorismo intelectual? En tratar de dominar uno o varios conflictos en curso, creando unos nuevos, o poniendo en vigencia otros viejos.
Este método de echarle más combustible a un incendio, se puede predicar de quienes ejercen un poder formalmente legítimo dentro del marco de una democracia, ya sean oficialistas u opositores, pero también de aquellos que lo ejercen ilegítimamente en nombre del “pueblo”, “los morochos”, “los oprimidos”, “los pueblos originarios” o cualquier otra máscara.
En un extremo se conecta con aquellas teorías que fomentan el deterioro de una sociedad por medio del conflicto permanente entre sus integrantes como único medio de acceder a la “dictadura del proletariado”, para utilizar un concepto que ya es obsoleto.
En el otro extremo se conecta con una nueva especie de dirigente: el avaro que acumula poder y riquezas.
La paradoja es que a nivel práctico ambos extremos practican un concubinato atroz. 
Es oportuno citar al DRAE (”Terrorismo: Dominación por el terror”), quien además hace referencia a la violencia. El Terrorismo puede ser violento de muchas formas, pues no es necesario plantar una bomba para pertenecer a la categoría de aquellos que no heredarán el Reino de Dios. 
De igual forma, tradicionalmente, se habla de Terrorismo de Estado para diferenciarlo de bandas armadas fuera del control del gobierno. 
El Código Penal Argentino establece en su artículo 213 ter. sancionado en el 2007, que sólo podrá considerarse autor del delito de terrorismo al que: ...tomare parte de una asociación ilícita cuyo propósito sea, mediante la comisión de delitos, aterrorizar a la población…(mediante) un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político. 
La historia nos enseña que la palabra «terrorismo» (así como «terrorista» y «aterrorizar») apareció por primera vez en Francia durante la Revolución Francesa entre (1789-1799), cuando el gobierno jacobino encabezado por Robespierre ejecutaba o encarcelaba a los opositores, sin respetar las garantías del debido proceso. El término comenzó a ser utilizado por los monárquicos, como propaganda negativa aplicada al gobierno revolucionario. Al igual que los consejos de Maquiavelo en El Príncipe, el Reinado del Terror (1793-1794), es una manifestación del Terrorismo de Estado, antes que del terrorismo de los ciudadanos. 
Como queda dicho un poco más arriba, la gran novedad argentina en materia de Gobierno y de Conflictos es crear uno nuevo cada día mediante el ejercicio del Terrorismo intelectual, con el objeto de ¿manipular? el anterior. ¿Una nueva clase de terrorismo?
El Terrorismo intelectual, manejando la agenda de los medios y la mass media, reinterpreta y fuerza la realidad a los límites estrechos de quienes se sirven de ella para sus propósitos.
Por supuesto, este sistema a nivel táctico puede ser efectivo modificando la agenda pública, aunque de hecho, moralmente malo y perverso. Quien gobierna efectivamente el país lo viene aplicando con singular destreza y cada vez con mayor intensidad. 
A nivel estratégico, el crear un nuevo incendio para disimular otro más grave, no resiste el menor análisis. El sentido común nos indica que al final el incendio se propagará a toda la casa, inevitablemente. 
A poco que se considere la situación, se advertirá que esta nueva forma de Terrorismo de Estado – no violento, por ahora- conduce, como bien lo viene advirtiendo la Iglesia en forma repetida, a una situación social y política complicada. 
La única forma en que el tejido social argentino pueda ser recompuesto e impere la paz y el orden, pasa por dos acciones conjuntas: la primera, el diálogo, y la segunda, por medio de una negociación que contemple a los diversos intereses de todos los estamentos sociales: indigentes, asalariados, dueños de pymes, agricultores y ganaderos, empresarios, docentes y académicos, y sobre todo al ciudadano común, el gran ausente de toda mesa que no tenga una urna encima. 
No es necesario llenarnos la boca con la idea de realizar un émulo del Pacto de la Moncloa. Es necesario “recomprar” a la República Argentina para todos los argentinos, como metafóricamente sucede en el excelente libro del escritor argentino Juan Luis Gallardo (“Frida” 1972, Emecé). 
De lo contrario, el próximo paso será el del Reino del Terror, cada vez más cerca del Terrorismo de Estado. El “Nunca más” nos habrá ilusionado en vano, pues la democracia es una forma de gobierno donde por naturaleza se negocia, no se impone.

viernes, 8 de octubre de 2010

De cómo perder la iniciativa en un almuerzo devenido en negociación

¿Cuál hubiera sido la mejor táctica para hacerse del control de la situación, o al menos equiparar la dinámica del poder?
Noticia de La Nación, periódico diario, número correspondiente al  7 del corriente
BERLIN (De una enviada especial).- Rígida, provocadora, simple. Marcó los tiempos. Preguntó, testeó, aceptó las diferencias. Mostró poder.
Angela Merkel tomó la delantera en el almuerzo con Cristina Kirchner y fue directo al tema del que quería llevarse una definición. Ya sabía la respuesta, pero igual preguntó.
Fiel representante de un gobierno que lleva una política militante respecto del reclamo del pago de la deuda argentina con el Club de París, la líder alemana mostró las garras desde el comienzo. Fue al grano y le preguntó a la Presidenta cómo pensaba cancelar la deuda. Se llevó la respuesta de Cristina Kirchner de su voluntad de negociación, algo que ya había hecho público el Gobierno. Un primer avance para provocar alguna reacción.
Pero Merkel no se quedó ahí. También sabía la posición oficial de resistencia al Fondo Monetario Internacional. Y no le importó. Volvió a preguntar qué pensaba la Presidenta sobre el organismo internacional. Fue su manera más explícita de marcar el interés de su gobierno de cerrar un acuerdo que, para ella, deberá incluir al FMI.
Dos asesores le alcanzaban papeles, le aportaban datos y ella tomaba nota. Todo en medio del almuerzo. Volvió a insistir ante la jefa del Estado para apurarla a tomar una postura. "Es una mujer que sabe manejar muy bien el poder", la definió uno de los asistentes al almuerzo ante LA NACION, sorprendido de la rigidez, tenacidad y vehemencia con la que la dama alemana le hablaba a la Presidenta para sacarle una definición.
Fue por su impronta que la comida con Cristina Kirchner se transformó por momentos en un duelo cordial. Y si bien en la comitiva argentina pusieron énfasis en destacar que la Presidenta le había retrucado a algunas presiones de la canciller con su queja por ampliar la exportación de carne, también reconocían que había sido Merkel la que buscó testear a la jefa del Estado y llevarse una impresión más certera de la verdadera intención oficial de cancelar sus compromisos con el Club de París. El encuentro derivó así en una negociación. "Hubo temas que por pedido de Merkel tuvimos que hablar", contó una alta fuente oficial que participó del almuerzo.
Estaba claro que la Argentina quería evitar el espinoso tema de la deuda. Es que no sólo la canciller alemana apuntó ahí sino que se concentró en intentar convencer a Cristina Kirchner sobre la revisión del FMI.
"Sé que su gobierno cuando promete, cumple", sedujo Merkel a la Presidenta. Y defendió el cambio que había experimentado el organismo internacional de crédito tras la crisis financiera mundial. Su posición, inamovible: el acuerdo debía contemplar al Fondo. Otra vez la arrinconó, sutilmente, con una invitación: "El arreglo del Club de París va a habilitar más inversiones alemanas en su país", fue la manera en que Merkel incitó a Cristina Kirchner a avanzar en una negociación. Sin demasiada escapatoria, la reacción de la Presidenta fue proponer el relanzamiento de una comisión mixta para, por fin, sentarse a negociar.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Res non verba

Muchas veces, en un contexto académico, suelo decir con cierta sorna que la negociación y el amor se parecen bastante.
Normalmente, el auditorio me mira con incredulidad y hasta con un poquitín de burla.
Este clima de escepticismo, es precisamente el que busco crear para comenzar a hablar sobre los intereses en la negociación, y la manera en cómo se demuestran los mismos.
Acto seguido, pregunto: ¿quien es el que verdaderamente ama; aquel que dice "te quiero" o aquel otro que cuando nos ve caído, abatido o necesitado nos da la mano y levanta y conforta?
Por supuesto, mi auditorio contesta: ¡el segundo!
Pues bien, replico, en negociación ocurre otro tanto con los intereses y los hechos.
No es aquel que dice: "conmigo vas a hacer grandes negocios", dándose el lujo de palmearme la espalda, en quien realmente debo confiar.
Mas bien debo tender a confiar en aquel que me dice; que le interesa establecer una relación comercial extensa en el tiempo, y que está dispuesto a demostrarlo con hechos.
Estos hechos, por supuesto, comienzan en forma primaria en la producción de ofertas o contra ofertas, en donde nítidamente debe notarse la preocupación del otro en beneficiar a las dos partes.
Sin embargo, los hechos producidos abarcan todo el proceso de negociación simultáneamente, en sus dos Dominios: el Relacional y el Racional o del costo-beneficio.
Es allí precisamente, donde se ponen de manifiesto intereses y métodos reales de negociación, más allá de las protestas de una supuesta cooperación.
Pero hablar sobre esto será materia de otro post. Por ahora, quedémonos con la frase: "Hechos, no palabras".

sábado, 28 de agosto de 2010

ganar-ganar; ganar-perder; coopetición

Muchas culturas tienen por bien conocido el método cooperativo para resolver sus conflictos. Otras, como sucede en la cultura argentina, tienen arraigada la idea de que en definitiva, la negociación no es ni más ni menos que una analogía de la guerra, donde unos ganan y otros pierden.

Estamos asistiendo ahora al nacimiento de un nuevo paradigma de resolución de conflictos por medio de la negociación, y tomando prestado el término, lo he denominado "coopetición", una rara mezcla de cooperación y competencia.

En verdad la coopetición se origina en el simple hecho de que en los más variados conflictos, pueden coexistir simultáneamente un plano estratégico y un plano táctico.

En el plano estratégico se desarrolla la llamada "Relación" con la otra parte, que puede ser muy firme e inclusive una alianza permanente.

Esto no quita que cualquiera de los dos miembros de esta alianza, realicen operaciones tácticas, cortas en el tiempo, de tipo ganar-perder, sin poner en peligro el acuerdo marco alcanzado previamente, el cual debe ser preservado.

Este hecho singular es precisamente lo que está ocurriendo en mi país, entre el líder sindical máximo reconocido por el gobierno, y el hombre fuerte que gobierna efectivamente la Nación.

Ambas partes se necesitan. Ambas partes realizan trucos que les permitan avanzar en un espacio de poder determinado.

Hacen recordar a aquellos matrimonios mal avenidos de antaño, donde ambos tenían un permiso tácito para la infidelidad, guardando las formas y preservando el vínculo.

¿No ocurrirá lo mismo en las Cámaras empresarias?




domingo, 25 de abril de 2010

Marte y Venus en la Negociación

Marte y Venus: Diferencias entre hombres y mujeres en la Negociación  

Por Edith Pardo San Martín y Karlos Irigaray

Cada día, millones de personas enfrentan diversos conflictos y los resuelven de distintas formas. Algunos lo hacen en forma intuitiva, otros profesionalmente. A algunos de ellos les resulta evidente que les interesa proteger la relación con la otra parte, a otros no.
A los fines de este análisis, lo que sí resulta claro es que de esos millones de personas, algunas pertenecen al sexo masculino y otras, al femenino. Esto, que por evidente puede parecer pueril al exponerlo, no constituye sin embargo un obstáculo para que la mayoría de las personas experimente un cierto prejuicio acerca de cómo negocian las personas del otro sexo. ¿Existe una diferencia real entre un hombre y una mujer negociadores?
El asunto es más complicado de lo que aparece a simple vista. En efecto, ningún ser humano, sea del sexo masculino como femenino, es igual a otro.
De la igualdad esencial de los hombres como hijos de Dios, pasamos rápidamente a la constatación empírica y a la noción complementaria del juicio anterior de que toda persona es única e irreemplazable.
No es objeto de este artículo aclarar cuál es esa parte igual de todos los individuos, ni tampoco establecer con certeza en qué consiste ese núcleo inédito e inigualable, siempre distinto y solo igual a sí mismo. En todo caso, resulta más sencillo remitir al lector a un buen texto de antropología filosófica el que –sin lugar a dudas- satisfará su curiosidad. Sólo es preciso atenernos a esta aparente contradicción – que el hombre es igual a los demás pero también distinto- para precisar que su parte “distinta” deja un rastro, un vestigio de sí mismo, de su identidad en el fruto de su labor.
Dicho de otro modo, el trabajo de un negociador profesional con igual preparación que otro, la misma información, posibilidades y demás factores sin cambios, resulta distinto, sin importar su sexo. Este hecho, aleja a priori las posibilidades científicas de medir en forma homogénea la labor de dos negociadores, ya que esta labor constituye un arte, entendiendo por arte la definición que nos acerca el diccionario de la Real Academia Española, quien dice: virtud, disposición y habilidad para hacer algo. A lo sumo, podemos comparar resultados. Estos nos darán una pista acerca de la eficiencia de ambos profesionales.
Pues bien, si ya es difícil encontrar un término de comparación homogéneo entre dos hombres (designando a la palabra hombre como: perteneciente a la raza humana), ¡cuánto más difícil podrá ser encontrar un término de comparación entre un hombre y una mujer negociadores! Por otra parte, muchos lectores podrán alegar que el planteo precedente es incompleto y falto de actualidad, pues a la noción de sexo, la “modernidad”, de la mano del feminismo primero, y luego de gran parte de los “intelectuales” globalizados después, ha propuesto una alternativa consistente en una división por “género”. ¿En qué consiste el género? Básicamente, dicen ellos, el género es una construcción social, algo que se asume por cada individuo, y que no depende fatalmente de la biología.
En contraposición a esto, una vez más recurrimos al diccionario que dice al respecto: Conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes. Desde este particular punto de vista –“el género es una construcción social”- uno es tan hombre o mujer como lo haya asumido, de lo cual se concluiría de tal teoría, que uno negocia de acuerdo al género asumido.
Es preciso ahora considerar en qué consisten algunas de esas diferencias, si es que las mismas tienen entidad de tales, y cómo afectan a la negociación, sin entrar a considerar el tema del género en sí mismo. Es interesante apuntar a esta altura del análisis, que han sido y son las mujeres en general, y en especial algunas profesionales negociadoras y mediadoras las que se han preocupado por indagar y escribir acerca de las diferencias entre hombre y mujer en la negociación.1
Prácticamente el 90% de la literatura sobre el tema se encuentra en idioma inglés y está escrita por personas del sexo femenino. En un gran porcentaje además, estas autoras adhieren a la corriente del género y a los trabajos de una pionera en ese tema, Luce Irigaray2
Diferencias
Si bien las diferencias apuntadas por la literatura mencionada (ver llamadas) son referidas al rol social de hombres y mujeres en la negociación, y también a algunos elementos de poder dentro de la misma3, ninguno de esos trabajos realiza una aproximación sistemática sobre el particular. Sin pretender agotar este tema, ya que el mismo en justicia, merecería una extensión mucho mayor, a continuación se realizará un intento para examinar en forma creciente desde el nivel biológico hasta llegar al social, las diferencias entre Marte y Venus en la negociación.
Diferencias físicas y biológicas
Antes de ser guerrero, Marte fue cazador en tanto que Venus –diosa del amor y la belleza- fue recolectora. Este hecho ha quedado asentado en el fondo instintivo de todo hombre de tal manera, que hasta afecta la moderna manera de hacer compras que tienen hombres y mujeres. Si bien la negociación es un hecho básicamente cultural, y por lo tanto todos los individuos de una misma cultura se verán afectados por patrones de comportamientos comunes, en la mayoría de los casos -a la hora de negociar- el hombre suele hacerlo en forma más directa que la mujer, mientras que esta acostumbra más bien a insinuar, sin decir directamente lo que desea, y a buscar todas las alternativas posibles. Sin ánimo de desviar la reflexión podríamos decir que esta es una afirmación a medias, pues tanto entre hombres como entre mujeres existen diferentes perfiles de negociadores.
Algunos autores identifican una amplia variedad de personalidades negociadoras en ambos sexos; también existen aquellos que han sido terminantes y afirman que a la hora de negociar los hombres son cerebrales y las mujeres emocionales… 4 La manera de abordar la realidad y también a otros individuos, se encuentra directamente conectada con las tendencias instintivas de la especie y del sexo.
El volumen físico y la musculatura influyen en hombres y mujeres. Desde el punto de vista de la interpretación de los mensajes verbales y corporales, se observan a aquellos que poseen físicos trabajados y/o voluminosos, que convierten este hecho en una estrategia para tratar de imponer sus ideas subrayándolas con gran despliegue corporal, exhibiendo músculos o incorporando en su discurso información sobre su rutina en el gimnasio, todo ello para reforzar o aún forzar argumentos.
Aquellos con físicos exiguos o pocos atributos, se acostumbran con mayor frecuencia a buscar alguna ventaja específica; desde lo corporal en manos, rostro, mirada, y desde lo imagológico; accesorios que resalten algo de sus cuerpos y desde lo intelectual aquello que establece la diferencia entre los músculos y la mente.
Como puede comprenderse fácilmente, las conductas más básicas y antiguas en hombres y mujeres están ligadas al Dominio de lo Relacional, antes que al Dominio Racional o del costo-beneficio5 Está probado que las mujeres miran por menos tiempo que los hombres, pero ven más detalles. Si bien muchos psicólogos piensan que este hecho básico tiene una raíz biológica, no cabe duda que lo social afecta enormemente este comportamiento.
En realidad la mujer posee una percepción abierta o de conjunto y el hombre ve sólo aquello que le produce interés. A la hora de conceptualizar, el mecanismo se invierte. Esto, a los efectos de una buena negociación, puede ser tanto una ventaja como una desventaja, dependiendo de las circunstancias, pues si bien resulta importante apreciar detalles, no lo es menos poder abarcar el todo de una sola mirada. Según Allan Pease6, el tiempo que dura la mirada de una persona está determinado por la cultura y la zona geográfica de la que proviene así como por la duración de los gestos.
En relación a las miradas, se reconocen –tanto en hombres como en mujeres- tres formas de mirar al otro: de negocios, social e íntima. En el primero de los casos, la mirada comprende el triángulo imaginario contenido por los ojos y el centro de la frente. Si una persona mantiene su mirada dirigida a esa zona, crea una atmósfera de seriedad y la otra persona percibe que su interlocutor habla en serio. Mientras la mirada no caiga por debajo del nivel de los ojos del otro, se podrá mantener el control de la situación. La mirada social se dirige al triángulo comprendido por los ojos y la boca. Es aquella que cae por debajo de los ojos y que indirectamente está invitando a llevar la relación a un terreno de amistad más allá de lo estrictamente profesional. Por último, la mirada íntima recorre los ojos, pasa por el mentón y se desciende dirigiéndose hacia otras partes del cuerpo.
En el campo de la negociación, esta forma de mirar no resulta la más conveniente para establecer una relación profesional. Aunque sí comprobamos a diario, que esta mirada es la más utilizada por aquellos negociadores intuitivos que basan sus argumentos en la seducción de las palabras, miradas y gestos. A menudo, la exhibición socialmente aceptada (cada cultura posee sus propios límites) de los atributos sexuales es utilizada en las negociaciones, adonde a raíz de ello pronto se forma una zona gris y confusa entre negociación, seducción y persuasión.
En general, los hombres son más propensos a caer bajo la fascinación de un buen escote y distraer su atención, que a la inversa una mujer respecto de algún atributo masculino, ya que desde niña se le enseña a disimular, dado que no es socialmente correcto que mire directamente o que se exhiba “descaradamente”. La mayoría de los negociadores intuitivos son incapaces de separar los elementos físicos y biológicos que emplean otros participantes, mezclando inevitablemente aquello que han ido a negociar con los elementos propios de lo relacional. De la minoría de negociadores profesionales, algunos solo atinan a disimular estos mensajes corporales, visuales y hasta olfativos, por ejemplo en el caso de una mujer con una gran dosis de cosmética y perfume o del varón que se ha excedido en el cuidado de su imagen.
Lo correcto por supuesto, es blanquear situaciones que de otra manera pueden volverse inmanejables, apelando en ocasiones a un gran aliado: el humor. En conclusión, se podría afirmar que lo biológico y físico llevan su parte u ocupan su lugar en toda negociación, y es lógico y deseable que estos factores sean tomados en cuenta. El llanto femenino, el vigor o la bravura masculina, la juventud, la madurez serena o una ancianidad que trasunte desde lo físico el espíritu que poco a poco se va desencarnando, son todas oportunidades no solo de seducción, sino de una comunicación medida y efectuada con un propósito.
Diferencias psíquicas y sociales
Sin darle la razón a los sostenedores de la teoría del género, y habida cuenta de que la criatura humana pertenece a dos reinos, el de la realidad física tanto como a la realidad espiritual, es que se hace necesario reafirmar la primacía del espíritu frente a la carne. En ese sentido, la humanidad y cada hombre en particular es como un delicado y precioso puente de plata que une constantemente los dos reinos mencionados, y que somete (o debería hacerlo) el primero al segundo.
En este sentido, y solo en él, es que se puede afirmar la importancia de la construcción social y psíquica de la personalidad negociadora del varón o la mujer. Una mirada desaprensiva y poco cuidadosa del tema parecerá arrojar un resultado por demás trillado en la historia humana: se espera que el hombre domine, y que la mujer sea la dominada. Sin embargo, ambos sexos tienen en realidad sus modos propios de dominación, que resultan complementarios.
Un hombre acostumbrado a una buena educación, tratará en forma deferente a una mujer negociadora, simplemente porque es tributario de la idea de que se espera de él que lo haga así con una dama. Detalles como ceder el paso, abrir una puerta, correr la silla o simplemente servir agua en una vaso, son actitudes que en algunas ocasiones suelen confundir a ciertas mujeres ya que consideran que de esta manera son tratadas como seres frágiles y por lo tanto poco capaces para negociar, otras veces, es muy posible que la dama en cuestión se aproveche de los detalles de cortesía provenientes de un caballero educado.
¿De dónde surge esta convención social hoy cada vez menos cumplida?
La historia, la gran maestra de los hombres, nos enseña que los pueblos bárbaros no consideraban así a sus mujeres. Aún aquellos más civilizados, sometían a las personas de sexo femenino, simplemente por ser más débiles. En realidad, fue la civilización cristiana la que impuso la norma de proteger al débil, la cual pasó a la cortesía con que hasta hace poco nos regíamos. Los grupos feministas en general, ven en cambio en estos comportamientos una discriminación intolerable, que debe ser abolida, ya que ambos “géneros” son iguales. Esto a menudo trae consecuencias tragicómicas, debidas al enorme esfuerzo por allanar la realidad y nivelarlo todo. Con frecuencia, es la misma realidad la que se encarga de vengar tanto esfuerzo de idealismo Kantiano.
Constantemente vemos mujeres negociadoras que han adoptado comportamientos impostados, lenguajes y giros idiomáticos tomados del vocabulario masculino, simplemente por esa necesidad de comunicar que “soy otro hombre más” considerando al mismo tiempo a esos comportamientos una suerte de empatía.
En realidad, la empatía es el esfuerzo que una persona realiza para reconocer y comprender los sentimientos y actitudes de quienes la rodean, así como las circunstancias que los afectan en un momento determinado. Un individuo empático es alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, hábil en leer "pistas" no verbales; sabe cuándo hablar y cuándo no, todo lo cual le facilita el camino para influenciar y regular de manera constructiva las emociones de los demás, beneficiando así sus relaciones interpersonales.
Proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias las del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.
Algunas mujeres negociadoras aspiran a ser tratadas igual que a los hombres convirtiéndose en varones de acuerdo a su conducta y lenguaje: ¡qué error tan evidente! Salta a la vista que los sexos no son iguales, sino complementarios. Lamentablemente, la idea de que un hombre y una mujer negociadores pueden y deben tener estilos de negociación distintos, pero que los mismos son absolutamente complementarios, todavía no ha penetrado en la conformación planeada y científica de los equipos negociadores. Apenas en las grandes corporaciones se está revisando el hecho de que a un cierto nivel de complejidad, ya no sirven los “negociadores estrella”, y que es preferible la constitución de un buen equipo negociador con sus roles naturales bien delimitados.
En materia de negociación, todavía le es necesario recorrer un largo camino...a ambos sexos.
LLamadas: 1 Véase el resultado del buscador google sobre autoras del tema
2 Luce Irigaray, quien nació en Bélgica y reside en París, es una de las más grandes pensadoras y filósofas del feminismo de la diferencia. Desde su libro Speculum, publicado en 1974, su crítica a la cultura patriarcal monosexuada ha sido central para un pensamiento y un hacer del mundo que rompa la idea del varón como el neutro universal y contenedor del género femenino.
3 Por ejemplo, el poder del dinero. Véase “El sexo oculto del dinero” ISBN 950-12-2562-3 y “Las negociaciones nuestras de cada día” ISBN950-12-2641-7 de Clara Coria, ambos de Ed. Paidós
4 Véase el artículo sobre la inteligencia emocional en esta misma newsletter
5 “Teoría General de la Negociación” Vol. 1, Karlos Irigaray, Ediciones SoloNegociadores
6 “El lenguaje del cuerpo” Allan Pease, Ed. Paidos ISBN: 84-493-1199-3.

sábado, 6 de febrero de 2010

Negociar incrementos salariales

HABILIDADES Y DESAFÍOS
NEGOCIAR INCREMENTOS SALARIALES Y DESACTIVAR CONFLICTOS 
Publicado por gentileza de su autor: Dr. MBA/MDE  Víctor H. Tomas


Hemos expresado en reiteradas ocasiones, que  saber negociar les haría ahorrar mucho dinero a las organizaciones. Saber negociar les da un fuerte valor agregado a los ejecutivos de empresas. Saber negociar les ayudará a los gobiernos a desafectar conflictos. Saber negociar es una herramienta estratégica para estos tiempos difíciles.

Según la mitología china, estamos en el año del Tigre de Metal. ¿Qué significa esto?  Que será un año de movimientos fuertes, de luchas, de encuentros y alianzas.

El  tigre de metal dentro del calendario chino, se caracteriza por ser agresivo, apasionado, impaciente, franco, y una de sus  características más descollantes, consiste en su valentía y coraje.

El 2010 según los primeros estudios y trabajos de investigación, será un año difícil. Sí, otro más. El grado de incertidumbre de las organizaciones y de sus ejecutivos hace que deban estar preparados con pertrechos de guerra. Se prevén fuertes cambios. Los presupuestos de las empresas sufren de anorexia crónica. Las estructuras están debilitadas. Las empresas no prevén un  crecimiento en el mediano plazo en la mayoría de los sectores. Los gobiernos se encuentran acorralados por crisis internas y externas. La inseguridad jurídica e institucional en nuestra América, es el pan nuestro de cada día. 

En este mar de tiburones sentarse a  negociar salarios y desactivar conflictos, es todo un desafío, sólo para expertos. ¿Estamos preparados?

Se deberán calmar las aguas, tendremos que navegar olas de altura, desarrollar nuestra creatividad para enfrentar en los frentes internos y externos,  los conflictos que supimos  conseguir. 

Los responsables de empresas deberán trabajar en lo inmediato en mejorar el clima laboral, generar grados de motivación  en su gente, buscar, en función de las necesidades personales, cuál es el mejor traje para cada uno, lograr que los resultados aparezcan. Y por sobre todo hacer que la organización incremente resultados y disminuya  costos.

Todo esto sin precisar que la gran batalla por los  reclamos salariales todavía no empieza. Los gremios están planificando y elaborando sus estrategias para el presente año.

La pregunta es: ¿Qué pasará cuando los gremios se atrincheren en sus fuertes y comiencen con sus reclamos?  Sabemos que su estrategia será la consabida formula de las "4 P": Pedir,  Presionar,  Parar y  Percibir. ¿Los gremios conocen o aplican el viejo concepto de Win-Win (Ganar - Ganar)?

Ante este contexto, cuáles serán los generales de la batalla de las empresas. ¿Un médico clínico puede realizar una cirugía compleja? ¿Un piloto de fórmula uno puede correr un Dakar? ¿Roger Federer podría jugar un torneo de squash? ¿Un Gerente de Finanzas puede ser también Gerente de Ventas? La respuesta en principio sería Sí.  Pero la respuesta correcta sería No, si quiere lograr objetivos en esta otra actividad.

Cuando decimos en una empresa "Todos pueden Negociar", la repuesta es Sí, en principio. En cambio, si decimos "Todos pueden negociar y lograr sus objetivos". La respuesta es definitivamente NO.

Para todas las áreas de las compañías buscamos los mejores perfiles, los que se adaptan mejor al rol que les toca cumplir, se hacen test para saber si están capacitados para integrarse a equipos de trabajo o no, para conocer su verdadera personalidad, todo esto es correcto. Hasta acá vamos bien, ahora para negociar, enviamos al jefe o gerente de sector según el área que corresponda. Esto es un gran error estratégico que cometen algunas organizaciones que gastan mucho dinero en capacitación. 

Si Usted se está preguntando, entonces en una negociación ¿Quién debe participar? ¿El gerente general, el presidente de la compañía, el abogado laboral, el gerente de recursos humanos, el gerente de relaciones laborales? La respuesta es cualquiera de ellos. Siempre y cuando estén capacitados y entrenados para negociar. De lo  contrario, la única salida viable es un experto en temas de negociación y resolución de conflictos.

El mejor ejemplo  se visualiza en la toma de rehenes. En la negociación no participa un Juez, un Fiscal, el Gobernador, el Alcalde. El negociador es un profesional entrenado y capacitado para cumplir con ese rol.  La pregunta es entonces: ¿Por qué en las organizaciones debería ser  distinto?

Negociar es una batalla mental. De estrategias y cambios de estrategias sobre la marcha. De inteligencia y creatividad a la hora de plantear acuerdos a largo plazo. De paciencia y concentración. Por lo tanto no se recomienda que participen de esta batalla a los emotivos, los inexpertos y los débiles.

Es bueno saber  que ya existen empresas en Centroamérica, otras en la Unión Europea, que se anticiparon  a lo que viene, e integran en sus cuadros jerárquicos a Gerentes o Directores de Negociación.  ¿Cuál es su tarea? Nada más y nada menos que resolver los conflictos a todas las áreas de la empresa,  hacia adentro y hacia afuera, cómo negociar con proveedores y clientes, acordar con gremios y sindicatos, participar de licitaciones privadas o de los gobiernos, resolver y rescindir contratos, desafectar personal, buscar soluciones en causas judiciales, entre otros, en el menor tiempo posible y con el menor costo para la organización. Así de sencillo y fácil. 

Hablemos de habilidades.

Si te colocas la ropa de trabajo (overol)  para negociar incrementos salariales o desafectar conflictos, ¿Qué habilidades debes desarrollar?

 "Pergamino de la Negociación" para que lo tengas presente y lo analices:


I.  Negociador.

¿Quién debe negociar por la empresa? Director, gerente, dueño, responsable del área de Recursos Humanos, entre otros. Podría ser cualquiera de ellos, siempre que estén preparados en cuanto a habilidades y estrategias  de negociación. Caso contrario puede ser un grave error.

Los errores en negociación pueden afectar la rentabilidad de la organización. Una vez definido el negociador el paso siguiente es la preparación para el proceso de negociación. Lo que estará en la mesa de negociación y lo que se maneja por fuera  de la mesa, quizás sea lo más importante.

El negociador ante un conflicto salarial ¿Debe ser duro, blando, participativo, colaborativo, integrativo, etc.? La respuesta sugerida es: todo en uno. Cada perfil deberá ser utilizado en función del estadio donde se encuentre la negociación. Los expertos esto lo tienen muy en cuenta.

"El me quiebro pero no me doblo", en una  negociación sindical puede ser un error estratégico.


II. Personas + Emociones.

Negociamos con personas, no con máquinas. Todas las negociaciones son diferentes. No todo pasa por mejores ingresos. Debemos ser extremadamente creativos en cuanto a las propuestas a realizar. Debemos tener la capacidad y habilidad para hacer propuestas más creativas y mejor elaboradas, a veces, de las que la otra parte presentó en la negociación.

El contexto emocional de una persona puede  ser tu aliado o tu peor enemigo. Tu capacidad de control será determinante. No es lo mismo negociar con una persona a solas, que esa misma persona  se encuentre  integrada a una comisión negociadora o junta. Sus emociones y formas de actuar serán distintas. Acá se pone de manifiesto tu capacidad para elaborar la estrategia negociadora.


III.  Información. Información. Información.

Esta es la triada más poderosa en negociación. Debieras tener muy claro, cuáles son los verdaderos números de la empresa, su proyección, crecimiento esperado, presupuestos en general, y toda la letra chica de la organización. 

Debieras saber también y conocer, cómo está el mercado laboral, en cuanto a salarios, premios, viáticos. Este tema es de vital importancia ya que existen varios fallos de la justicia laboral en muchos países, que establecen precedente en cuanto a que,  todos los "aderezos" que se agregan al sueldo promedio, terminan integrándolo como tal.  Por lo cual, no es un tema menor.

Debieras saber manejar los tiempos de las personas en el proceso de negociación.  Si el  gremio está en proceso interno de cambio de autoridades, puede ser una herramienta para  utilizar a tu favor.

Cómo:

¿Qué conoces del gremio o sindicato y las personas que lo integran, con el que debieras acordar? ¿Cómo fue la  última negociación que realizó la empresa? ¿En qué ambiente o marco se realizó? ¿El delegado gremial que trabaja en tu empresa es tu aliado o se sienta en la mesa de enfrente? ¿Conoces toda la legislación laboral y convenios de tu sector? ¿Cuál es el impacto que puede tener un  incremento salarial en los números de la organización en el corto y mediano plazo?


IV. Escuchar  

Debieras trabajar fuertemente "el viejo dúo de la negociación", que es: preguntar correctamente y ser un escuchador experto.

Saber escuchar con la mayor concentración es una de las habilidades más difíciles de desarrollar, pero es la que te dará la mayor cantidad de información que necesitas para hacer el análisis de contexto de la situación. 

Cómo:

El proceso de escucha tiene tres estadios: Percibir y Recibir => Procesar y Analizar => Retornar.

Percibir y Recibir: con atención y máxima concentración las propuestas, sugerencias o presiones, sin hacer  ningún tipo de análisis.

Procesar y Analizar: en forma cierta y objetivamente la información recibida.

Retornar: en forma concreta la propuesta o idea para analizar.

 
V.  Estrategias. Estrategias. Estrategias. Defina su Tao Te.

¿Cuál es tu Tao Te? Expresión atribuida a Lao Tse que significa  "carácter para encontrar el camino". ¿Definiste tu camino para llegar al objetivo? ¿Cuál es  tu estrategia? ¿Cuál consideras que será la estrategia de la otra parte? ¿Tienes claro que puedes y que no puedes ceder? ¿Tienes claro que las reglas de  negociación pueden cambiar en cualquier momento y debieras adaptarte rápidamente al nuevo contexto? ¿Tienes claro que la gran batalla se logra obteniendo pequeñas batallas? ¿Tienes claro que  el elefante se come  por pedazos y no todo junto? Las estrategias pueden ser de las más variadas. Dependerá de cada una de las negociaciones que te toque en las que participes.

Cómo:

Dentro de las estrategias todo se debe  analizar. El ámbito o lugar de encuentros es importante.  El negociador debe saber y analizar cuál es el mejor canal de comunicación para llegar a la mente de la otra parte.

En conflictos con los gremios se recomienda  trabajar fuertemente las reuniones  previas o parciales antes de ir a la negociación definitiva. Un negociador experto sabe que el objetivo  de su gestión se cumple, si lleva todo acordado a la negociación final.


VI. Comunicar es un arte.

¿Qué pasará el día después de mañana? Logrado un acuerdo o  no. Se deberá trabajar el proceso de comunicación a todas las áreas internas y externas que estaban directa o indirectamente involucradas en el proceso de negociación. Cómo comunicar, también integra el proceso de negociación. Porque una mala comunicación posterior puede generar un nuevo conflicto y así sucesivamente. Si la empresa ya decidió, por ejemplo, que no puede dar ningún tipo de incremento salarial, debe informarlo inmediatamente. 

Comunicar es conectar.


Cómo

Se deberá tener en cuenta y  analizar cuáles serán las mejores y más efectivas herramientas de comunicación para cada caso. Por favor,  no cometan el gran error de muchas organizaciones de realizar la comunicación a todos los involucrados vía copia oculta.

Se deberá tener mucho cuidado con  el vocabulario utilizado. Si queremos decir "No podemos aceptar las condiciones propuestas por ser arbitrarias". Debemos  cambiarlo por: "Existen diferencias que obligan a  que sigamos evaluando el  acuerdo".

En setiembre del 2009 escribimos un artículo que decía: "Como comunicar en contextos de crisis y bajo reestructuración", en el  desarrollamos también esta problemática, nada fácil para las empresas.

 
VII. Negociación Latente.

Un conflicto siempre está en estado de letargo. Es una brasa que nunca se apaga y que puede reiniciar el fuego en cualquier momento. Debieras estar muy atento y hacer un control y monitoreo permanente de la situación. Siempre la otra parte podría volver por más. Todo dependerá del tiempo.

Cómo

En las empresas que trabajan con directores o gerentes de negociación, éstos tienen verdaderas unidades  de negocios, un control de la situación del acuerdo o no celebrado. Esto hace que no se conviertan en bomberos apagando incendios, sino en verdaderos estrategas que informan periódicamente, como un informe más, qué pasa con el conflicto en una determinada área de la organización.

En los tiempos que vivimos, los headhunters (caza talentos) siempre están acechando a la presa. Debemos saber qué pasa si un jerárquico importante de  nuestra organización está siendo buscado o evaluado por un buscador de talentos. Es común también la búsqueda de Gerentes de Ventas, que estén trabajando en empresas, ya que estos se llevan con ellos su equipo. Armar un equipo de ventas no es fácil y tiene fuertes costos para las empresas. Los gerentes de negociación, tienen claro que se podría producir acá, un fuerte conflicto, por lo que siempre se anticipan a esta situación. Un barco sin capitán por un determinado tiempo navega por aguas abiertas sin  tener claro su rumbo.

Para concluir te decimos que no olvides lo que expresa este antiguo proverbio japonés: "Un buen negociador gasta un millón de sandalias"