domingo, 1 de octubre de 2023

Negociación política, personalismos y el Principio de Subsidiariedad: desmontando mitos sobre el Estatismo, el Liberalismo y otras yerbas

 

Hoy quiero abordar un tema que a menudo se debate en el ámbito político y económico: la negociación política, los personalismos, el principio de subsidiariedad del Estado y la "mano negra" del liberalismo, ese estúpido mito de que las economías y los Estados son regulados automáticamente por el mercado. Estos conceptos están estrechamente relacionados y es esencial comprender sus conexiones para tomar decisiones informadas en la política y en la economía.

  1. Negociación política. La política es la herramienta que utilizamos para tomar decisiones colectivas y resolver conflictos en una sociedad. La negociación política es la clave para alcanzar acuerdos que beneficien a todos los ciudadanos. Sin embargo, a menudo, vemos que los personalismos y las agendas partidistas pueden obstaculizar este proceso aún cuando, funcionando las Cámaras de Representantes, se sesiona de cuando en vez, y solamente para ir a la caza de votos, los cuales se negocian como quien cuenta porotos.
  2. Personalismos. Los líderes carismáticos pueden desempeñar un papel importante en la política, pero también pueden ser un obstáculo para la negociación efectiva. Cuando la lealtad a una figura carismática o impuesta desde las sombras supera el bienestar común, la política puede verse afectada negativamente. Es crucial recordar que la política no se trata solo de individuos, sino de soluciones para los problemas de la sociedad en su conjunto.
  3. Principio de Subsidiariedad del Estado. Este principio defiende que las decisiones deben tomarse al nivel más cercano a los ciudadanos siempre que sea posible. Esto promueve la participación ciudadana y la toma de decisiones adaptadas a las necesidades específicas de cada comunidad. La subsidiariedad puede ser un antídoto contra los personalismos excesivos y la centralización del poder. El Estado no debe hacer aquello que pueden realizar las personas privadas o las entidades intermedias del tejido social.
  4. La"mano negra" del Liberalismo. A menudo se critica al liberalismo desde la izquierda por ser egoísta y favorecer a las grandes empresas en detrimento de la sociedad, no obstante, esta es una percepción errónea. El liberalismo aboga por la libertad individual y económica, pero también promueve la competencia. Sin embargo, postula que la regulación eficaz de la economía y, por extensión de la sociedad, proviene de la autorregulación provista por la ley de la oferta y la demanda de los mercados. No entiende o no le interesa que el Estado deba velar por los derechos fundamentales del hombre. Esto es un error que conduce a grandes injusticias e inequidades y no debe tolerarse.
  5. El pobrismo. Localmente, así como a nivel mundial, es cada vez más notorio que algunos poderes laicos y religiosos se orientan hacia el pensamiento de que ser carenciado es lo mismo que ser pobre y, que los pobres son los únicos que tienen derechos y privilegios aunque no quieran trabajar. La gente que se sostiene con su trabajo y crea la riqueza de una nación queda excluída de toda consideración. A menudo se los mira, incluso, como culpables cuando ellos son en realidad los que pagan impuestos y sostienen las instituciones familiares y el tejido moral de una nación. “La opción preferencial por los pobres” es un invento de la teología de la liberación, que en la Argentina recibe el nombre de “teología del pueblo de Dios”.

En resumen, la negociación política efectiva se basa en la colaboración, la diversidad de opiniones y la atención a las necesidades locales. Los personalismos y la percepción errónea del liberalismo pueden ser obstáculos en este proceso. El principio de subsidiariedad del Estado nos recuerda la importancia de tomar decisiones a nivel local cuando sea posible.

Para avanzar hacia una política más efectiva y beneficiosa para todos, debemos ser críticos con los estereotipos y trabajar juntos para encontrar soluciones que reflejen los valores de la sociedad y promuevan el bienestar común.


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