Este texto ha sido tomado del excelente artículo de Carlos Pagni aparecido en el periódico "La Nación" del 23 de abril de 2011:
Hugo Moyano es camionero. Su ecosistema es la calle. Es natural que
su forma de expresión sea "reventar la 9 de julio". Pero, ¿qué quiere
decir esa convocatoria del viernes que viene? Moyano pretende amedrentar
a Cristina Kirchner. Como explicó a otros sindicalistas, "este gobierno
sólo teme a la gente en la calle". Quizá sea cierto. El kirchnerismo es
un producto del desierto. La CGT sueña reunir 300.000 personas, treinta
mil más que las que habitan Santa Cruz. Es un piquete preventivo.
Ahora bien, ¿para qué presiona Moyano? Sencillo: quiere
que lo terminen de incorporar al oficialismo. Poder político ya tiene.
Dinero, le sobra. Aun así, algo falta.
Moyano volvió a notarlo esta semana, cuando Claudio
Bonadio sobreseyó del enriquecimiento ilícito a Isidro Bounine, el
secretario privado de Cristina Kirchner. El camionero no cree en las
habilidades del defensor, León Arslanián. Tampoco supone que exista la
independencia judicial. Pero Bonadio lo tiene al borde del procesamiento
al camionero y a su esposa, y Moyano quiere que el sistema que lo
rescató a Bounine lo salve a él. Es lo único que le falta para ser socio
pleno del "modelo": la impunidad.
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